martes, 30 de octubre de 2012

Haciendo bueno el banco malo

El banco "malo" es una realidad inevitable, pero ¿podemos hacer que sea "bueno" el banco "malo"? yo creo que sí, y que no es tan complicado.

  • El banco malo comprará activos tóxicos (inmuebles y solares)
¿Y si además de comprar esos activos a los bancos, compra las viviendas de aquellas personas que van a ser desahuciadas y les ofrece alquileres sociales? De esta forma evitaríamos los desahucios, con el correspondiente coste económico que conlleva: auto judicial, equipo policial, cámaras de televisión, etc. además del coste social que supone enviar a vivir debajo de un puente a familias enteras. También de esta forma se evita la injusticia que supone tener que seguir pagando por una vivienda que te ha quitado el banco, porque ahora el banco dice que ya no vale lo que el mismo banco había dicho que valía.

  • El banco malo comprará inmuebles con descuentos de hasta el 80%
El banco malo debería publicar que inmuebles va a adquirir y a que precio, y, aquellas personas que se lo puedan permitir, o que consigan préstamos hipotecarios en su caso, poder optar a esos inmuebles en las mismas condiciones económicas y fiscales que el banco malo. De esta forma se obtendrían dos beneficios: entrada de capital privado en el proceso de saneamiento del banco malo y la reducción del precio de las viviendas en el mercado.

  • El banco malo prevé obtener rentabilidad en 15 años
Lo que se prevé realmente es que pueda vender las viviendas a partir de dentro de 15 años, o lo que podemos entender de otra forma: "el gobierno estima que hasta dentro de 15 años esas viviendas compradas con un 80% de descuento no aumentarán su valor", vamos, que en los próximos 15 años la economía española caerá un 80%. Esto es difícil de convertir el bueno, pero si el banco malo ofreciera alquileres e hipotecas e hipotecas sobre las viviendas que comercializa a precio de mercado, podría ser "rentable" mucho antes.

Como veis, no hace falta ser un licenciado en económicas o políticas para ofrecer alternativas que en lugar de beneficiar a unos pocos privilegiados, se pueda beneficiar más gente, especialmente aquellos que en estos momentos tienen más dificultades.